Esta pintura pertenece a Tormenta, una poetisa del foro de Bibliotecas Virtuales. Hace algún tiempo me regaló esta imagen y me pidió que escribiera un poema para ella. Quisiera darle las gracias por su confianza en mí y por hacerme parte de su mundo personal. Aquí dejo el poema que nació de esta imagen, dedicado a Tormenta con todo mi cariño. Vicisitudes.
Y me voy dejándome muerta…
tanto luchar, tanto penar me secó.
Recorrer los caminos sin pasos
que marcar, tragando el polvo
que levantan las vicisitudes…
Ya no hay flores que sembrar
en mi vientre sediento
queriendo este mundo poblar,
palidecen las esperanzas…
Tengo trasnochado el pensamiento
y borracho el sentimiento
por un amargo licor
que apuro sin medida ni control,
es este discurrir tan cotidiano,
avergonzado, con mal sabor,
a polvo revuelto que me seca la garganta
hasta doler, ese agrio amargor
que deja mi lengua pastosa,
con esa mezcla de sangre y lágrima
de tanto morder las palabras
sin lograr gritarlas, sin decir nada.
Es la impotencia que mata,
es la imposibilidad de hablar.
Es este esperar en vano
que se acabe alguna guerra,
que los niños sean niños,
que me ames buenamente,
que para el cáncer se encuentre
el medicamento efectivo,
el injusto SIDA, el hambre…
y este callar, siempre callar…
Las palabras no tienen eco
van cayendo en aquel hueco
llamado inutilidad
y esa misma vacuidad
es el propio asesino
que siega tantas palabras
reduciéndonos al olvido…
asco de mi silencio, de mi soledad
y me voy dejándome muerta…
Tema escrito por María del Carmen De Nacimiento Flores.
Bucarest, Rumanía.
Pintura realizada por Graciela BZecca.
Santa Fe, Argentina.
Abril del 2007
Y me voy dejándome muerta…
tanto luchar, tanto penar me secó.
Recorrer los caminos sin pasos
que marcar, tragando el polvo
que levantan las vicisitudes…
Ya no hay flores que sembrar
en mi vientre sediento
queriendo este mundo poblar,
palidecen las esperanzas…
Tengo trasnochado el pensamiento
y borracho el sentimiento
por un amargo licor
que apuro sin medida ni control,
es este discurrir tan cotidiano,
avergonzado, con mal sabor,
a polvo revuelto que me seca la garganta
hasta doler, ese agrio amargor
que deja mi lengua pastosa,
con esa mezcla de sangre y lágrima
de tanto morder las palabras
sin lograr gritarlas, sin decir nada.
Es la impotencia que mata,
es la imposibilidad de hablar.
Es este esperar en vano
que se acabe alguna guerra,
que los niños sean niños,
que me ames buenamente,
que para el cáncer se encuentre
el medicamento efectivo,
el injusto SIDA, el hambre…
y este callar, siempre callar…
Las palabras no tienen eco
van cayendo en aquel hueco
llamado inutilidad
y esa misma vacuidad
es el propio asesino
que siega tantas palabras
reduciéndonos al olvido…
asco de mi silencio, de mi soledad
y me voy dejándome muerta…
Tema escrito por María del Carmen De Nacimiento Flores.
Bucarest, Rumanía.
Pintura realizada por Graciela BZecca.
Santa Fe, Argentina.
Abril del 2007
